A veces, en julio, hay que decir adiós.
Dos, tres y hasta más.
Usted, por ejemplo, que ni siquiera llegó
y ya se va.
Yo, por ejemplo, que ni siquiera sé a dónde
y ya me voy.
Se le dice adiós a junio
y a la primera mitad del año.
A sus fobias y a sus ojos castaños.
Se le dice adiós a usted,
brindando con piña y coco.
A su pelo de kiwi, a los besos de locos.
Se dice adiós rápido, a eso de la una,
con la agilidad de la costumbre.
Ni yo prometo amistades,
ni usted segundas partes.
Porque a veces, en julio, hay que decir adiós.
Dos, tres y hasta más.
Hola, vengo a conocer tu blog. Espero seguir pasando. Te invito a que visites el mío, quizá te guste algo de lo que hay allá.
ResponderEliminarSaludos
Jacob.